lunes, 6 de febrero de 2012

Compañeros y compañeras, afilemos los dientes

Acabó el fin de semana y acabó el 38º Congreso del PSOE con una victoria ajustadísima de Alfredo Pérez Rubalcaba. A tan sólo 22 votos quedó Carme Chacón. A puntito estuvo de tocar el cielo con sus manos.

Rubalcaba, líder del PSOE, y Valenciano, su número dos, en las inmediaciones de Ferraz.

En un discurso gritón, en ciertos momentos efectivo y enarbolando la demagogia como bandera sin tapujos, Carme Chacón pudo hacerse con la Secretaría General, de no haber sido por el voto conservador socialista, que prefirió la experiencia y la templanza y en definitiva, "lo malo conocido".

Los chaconistas se han quejado -y motivos no les faltan- por haber sido totalmente desplazados del organigrama interno. Pero eso no es ninguna novedad. Y ya sabemos en qué consiste eso a lo que tanto les gusta recurrir, la denominada  "fiesta de la democracia"... interna.

Hoy van de estreno. La ejecutiva socialista celebra hoy su primera reunión, donde fijarán el rumbo y los objetivos a lograr. El problema es que no lo harán con las manos libres.

Lo harán de la peor manera, debiendo cubrir sus espaldas por la rabia y el rencor que ha quedado entre no pocos de los que en Sevilla estaban presentes. Y entre algunos de los que no acudieron.

Siempre he creído que las batallas internas acostumbran a pasar costosas facturas. Todas las formaciones políticas, cuando han pasado por una situación similar, lo han pagado; en las urnas y fuera de ellas.

Así que el PSOE, mucho me temo, deberá procurar cohesionarse y replantearse la convergencia de las diferentes corrientes internas. Pero sobre todo, intentar buscar un objetivo común. Y fácil, no lo van a tener.

Porque, en definitiva, no hay nada que una más, que perseguir un interés que a todos convenga. Aunque venga éste con disfraz ideológico.


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