lunes, 16 de abril de 2012

Los idus de marzo

[foto de la noticia]


Gracias, en primer lugar, por haber respetado mi silencio. Unos silencios en un principio intencionados y algo más tarde condicionados.

Silencios que me han permitido pensar, reflexionar -lo justo, ya sabéis que me disperso con facilidad-, para finalmente llegar a la misma conclusión que explico en la columna derecha de la presentación de este Blog. Y es que una sabe que, lejos de ser guardián y dueña de sus silencios, será por siempre esclava de sus palabras. Así que seré consecuente con ello. En su justa medida, por aquello de no rozar lo inadecuado.

Ignoro si es casualidad o una especie de acto fallido. Pero me ha hecho volver esta espléndida cinta de George Clooney, quien, lejos de ser el tipo atractivo que estimula a medio planeta -que también-, se nos confirma como un fantástico director, espléndido guionista y un siempre efectivo actor.

[foto de la noticia]

En Los Idus de marzo, largometraje basado en la novela Farragut North, de Bean Willimon, se habla de lealtad, de decepción, de entregarse o no a una convicción, de seguir creyendo en alguien o en algo, de si la batalla política puede ser limpia o por si al contrario, ya no hay regreso a ella. Muchos conceptos pendientes de un hilo que Clooney maneja con tiempo, tacto, elegancia, justa solemnidad y con miradas y frases demoledoras, gracias a un guión realmente sugerente.

La narración de los hechos transcurre entre las campañas por Ohio de un Gobernador que aspira a convertirse en el candidato del Partido Demócrata y las estrategias a seguir entre los principales directores de comunicación.

El reparto es sencillamente magistral. Ryan Gosling, Philip S Hoffman y Paul Giamati, son suficientes para entregarse de pleno a la historia que nos cuentan. Y, a pesar de no ser precisamente un canto al optimismo y a las buenas prácticas, sigo escogiendo un camino diferente al que acaban escogiendo algunos de ellos.

Porque siempre hay otra opción. Y lo realmente interesante es que no hay un único motivo o causa del mal, son -como en tantas ocasiones- las circunstancias, la oportunidad, el momento y ...et voilà, la gestión de tus propias actuaciones y comportamientos frente a una idéntica situacíón.

Se plantean dudas al respecto de la corrección o no de un comportamiento inicial. Y a partir de ahí, quién es el traidor, quién el traicionado... en ocasiones depende de la perspectiva. En no pocas ocasiones, todo sea dicho.

Y no creo que sea casualidad que haya elegido hoy para retomar este espacio. Porque en España, ya hace tiempo que la perspectiva lo cambia todo.

Aunque no sólo la perspectiva. La manera en cómo se enfoca ésta y la manera de comportarse de todos los actores que formamos esta sociedad cada vez, si me permitís, más desvertebrada.

Vale todo porque -recurro a lo que siempre digo- falla una educación básica. La ausencia de buenos modales traen consigo muchas más consecuencias de lo que nadie podía imaginar.

Y con ellos, una demagogia extrema y letal, una doble o triple vara de medir, una irresponsabilidad general que se acabará pagando, una utilización de la política sin manual de uso tradicional. De la misma manera que los supuestamente "vigilantes". Ya no hay reglas, ya no hay florete. Hay arma blanca en oscuros callejones. Una lástima.

Pero aún así, id a verla y me decís. Porque siempre, siempre, hay que mantenerse a flote. En serio.