Ya va siendo más claro. Bien. Lo que ya intuíamos, lo ha confirmado Artur Mas. "Si España persiste en su soberbia... ya sólo nos quedará una relación de puro interés... sin estima ni confianza".
"Salvamos los muebles en su día... ayudamos a España". Pero vamos a ver, Sr. President. Como te sentirías si tu vecino del sexto derecha ayudara a mantener la puerta abierta de la escalera de incendios y te lo estuviera recordando todo el día... Como si no fuera otro vecino más del inmueble!
Bueno, pues ya lo sabemos. Una servidora lo ha pedido en numerosas ocasiones. Si no quieren entregarse y recibir por amor, que lo hagan por interés. Algún achuchón de vez en cuando será suficiente.
Entonces, a qué vienen los lloros por no estar en el acuerdo de la reforma de la Constitución? En qué quedamos? ¿Ahora se nos ponen celosos?
Alerta el Molt Honorable del sentimiento creciente de "proyecto propio" y avisa, asimismo, de la grave crisis por la que atraviesa la relación Cataluña-España.
El contexto donde se han producido estas declaraciones ha sido en el Monasterio de Sant Benet de Bages, en unas jornadas organizadas por la Fundació Caixa Manresa y la Cátedra de Liderazgos y Gobernanza Democrática de ESADE.
Os lo digo. Cada día siento más pereza al respecto. De veras. Ya no sé no si se trata de una crisis de pareja, un bache puntual, una relación machacada por el paso del tiempo... O simple victimismo. Permanente, además.
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