El reportaje data de 2009, justo un año después donde se sitúa Margin Call. Bien podrían servirnos ahora. Hay miles de casos en los Estados Unidos. Por fortuna.
Éstos son sus casos:
David Ambinder trabajaba en Lehman Brothers y se fue sin ningún tipo de indemnización. Compró con sus ahorros una franquicia de una cadena de reparaciones domésticas. Tiene 6 empleados. Antes, tenía bajo sus órdenes a 500.
Michael Terry, cómico. Aprovechó los recortes en Morgan Stanley y decidió olvidarse de levantarse a las 5.30 para emprender jornadas maratonianas. Para relajarse, un día decidió apuntarse a un curso de guines de comedias. Quiso dar así rienda suelta a su vocación. Cuando le ascendieron y veía cómo su vida se iba complicando y tomando caminos que no le acababan de satisfacer, decidió acogerse a un programa de bajas voluntarias. Actúa ahora en locales pequeños.
Jeff Salmon trabajó en varios de los grandes bancos, desde JP Morgan hasta UBS, pasando por Barclays, donde estuvo hasta el 2005.Luego, Mellon Financial Corp, más tarde Bank of NY. No lo vió claro. Sabía que el final se acercaba. Abandonó el banco y decidió comprar Great Clips una franquicia de una cadena de peluquerías. No en vano su esposa era peluquera.
Tres historias como miles hay en los Estados Unidos y en todo en mundo. Historias con finales felices. Porque evidentemente también las hay con finales desgarradores.
Pero si un emprendedor se fijara en casi el 80% de las pequeñas empresas que no llegan a sus 5 años de vida, no seguiría hacia adelante nunca. Porque hay que prestar especial atención a ese otro 20%.
Como punto y final, cuelgo la historia de Jeff Bezos, el fundador de Amazon.com. Os sonará la empresa, no? Pues aquí está su historia.
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