jueves, 20 de septiembre de 2012

Estas cosas nuestras

Pues eso. Lo sé, he estado unos cuantos días silbando. Algunos me habéis reclamado pieza por la Diada y sus consecuencias. Todo llegará. He querido digerir un poco los acontecimientos.

Hoy, en Libertad Digital, describo cómo Su Majestad el Rey se ha limitado a llevar a cabo su trabajo, por el que ha recibido no pocas críticas.

Esta España nuestra es apasionante. Sin duda.

Aquí os lo dejo: Estas cosas nuestras...


jueves, 6 de septiembre de 2012

Lo que el deporte ha unido...

Hoy he querido dedicar la columna de Libertad Digital al Premio Príncipe de Asturias del Deporte a Iker Casillas y Xavi Hernández.

Bien es cierto que ha habido algo de polémica al respecto del galardón y si soy realmente honesta, he de confesar que me gustaba especialmente la candidatura del Comité Internacional Paralímpico. Pero me ha compensado la intención con la que, entiendo, se ha concedido este reconocimiento.

Aquí está: Lo que el deporte ha unido...

Que tengáis un buen día.

jueves, 30 de agosto de 2012

Hoy, Twitter, es algo menos libre

Un día como hoy de hace un par de años iniciaba esta aventura bloguera que, es de justicia reconocer, sólo me ha proporcionado satisfacciones.

Seis meses más tarde, decidí combinar el Blog y compartirlo en Twitter, otra herramienta que no ha hecho más que reportarme buenos momentos y sobre todo, buenos compañeros. Alguno, de hecho, ya amigo.

Hoy es un día, precisamente, en el que uno de ellos se ha visto forzado a abandonar el más famoso de los microblog debido a las amenazas permanentes y recurrentes de algunos followers y no followers, de algunos grupúsculos que están organizados en la red con un único fin: insultar a quien no comparte sus tesis y amenazar a quien vierte su opinión al respecto de una misma situación. Es decir, poner en práctica una actitud puramente totalitaria.

El tema central es la visión diametralmente opuesta entre quien ve a una Cataluña fuerte y grande dentro de una España diversa y culturalmente estimulante y los que quieren verla separada, independiente y diseñando un proyecto propio. Y en un sistema democrático se puede defender tesis diversas al respecto. Pero hay fronteras muy peligrosas de traspasar. Y me refiero a otro tipo de fronteras. La que separan la libertad de la imposición. La que separa la discusión de una agresión.

Pero cada día se suceden debates en torno a temas de todo tipo.

Ayer cerró su cuenta de Twitter Juan Carlos Girauta. Un periodista de trayectoria impecable y de ideas claras que actualmente las suele exponer en ABC. He podido darle mi apoyo y mi ánimo por teléfono. Pero no es suficiente.

A tipos como Juan Carlos, que se quedan defendiendo la libertad prácticamente en solitario, que se enfrentan en debates a algunos que, en privado, piensan de manera similar aunque ya están inmersos en un proceso tal de contaminación que no se atreven a decirlo en público, hay que aplaudirles.

Pero de manera pública. Ya está bien. Y hay que pedir a Twitter que determinados comportamientos no los consientan.

Muy pocos son los que se han dirigido a Juan Carlos con la cara descubierta. Con su nombre y apellidos en letra bien clarita. Las amenazas e insultos más descarnados vienen tapados en cuentas fantasma, en avatares de lo más evidentes, pero que esconden la identidad de quien o quienes escriben esos tweets. Algunos de ellos, francamente espeluznantes.

Así que hoy le digo al señor Jack Dorsey que revise según qué condiciones son necesarias para mantener en su red social unas ciertas normas de convivencia.

Al fin y al cabo, como no me he cansado de repetir en este Blog, una buena parte de nuestros males reside simplemente en la educación.

Y Girauta, ya exhausto, ha decidido darse un respiro. Un respiro que respeto y en el que deseo que regrese con aires nuevos. Pero con el mismo coraje.

jueves, 23 de agosto de 2012

AL OTRO LADO DEL MURO

La columna de hoy en Libertad Digital al respecto de las "ocupaciones" de Sánchez Gordillo.

Al otro lado del muro es el título.

Pues eso. Feliz casi fin de semana. Sed felices.

lunes, 20 de agosto de 2012

Superando la pereza

Varios días son los que llevo barruntando sobre si escribir las líneas que a continuación os relato. Tras algunas jornadas de ausencia aunque con cierta actividad en Twitter, creo que, aunque los que me conocéis desde hace tiempo tengáis clara mi posición, me daréis la razón si os digo que conviene recordarla de vez en cuando. Aunque nos parezca agotador hablar sobre lo que a mi, desde luego, me parece obvio.

Pero sí. No sólo hay que recordarlo. Hay que ser muy conscientes de que realmente merece la pena.

Bien. No he llegado a contar las columnas que habré podido dedicar a las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Convendréis conmigo, que unas cuantas. No en vano, una columna semanal durante los últimos cinco años, dan bastante de sí.

Cinco años, por cierto, en los que la cuerda entre ambas se ha tensado notablemente. Y tiene sal. Y está áspera,  como a punto de resquebrajarse.

Pero no quiero dejar de insistir en varias cuestiones.

Y una vez superada la pereza inicial, os digo.

El proceso político de una Cataluña nacionalista empezó hace mucho. Éste ya lo planteó Jordi Pujol, quien, a pesar de ser mucho más listo y sutil, tenía perfectamente diseñado en su mente y en sus acciones el camino a seguir.

Nadie pensó -algunos, sí- que Cataluña tomaría la deriva que se ha demostrado ha ido tomando. Nadie en "Madrid" -alguno.. sí- pensó que sus herederos políticos se plantearan ir más allá.

Y desde luego, nadie creyó que llegara a gobernar la Generalitat una unión de partidos que acabara de dilapidar buena parte del prestigio que nos enorgullecía y que nuestros fondos fueran maltratados hasta llegar a la ruina económica, más allá de la crisis generalizada. Más allá de pactos fiscales.

Vino el Estatut, redactado de manera unilateral, nada de sentarse con el Estado al que tan dignamente perteneces, y junto al que has hecho cosas enormes, empresas fructíferas, proyectos gratificantes, en fin, con el que hemos caminado de la mano, con riñas habituales, como en todas las familias.

Y la cuerda soltaba más hilos. Si estiréu ben fort...que cantara Lluis Llach...

El ciudadano de fuera de Cataluña y no pocos de dentro, empezaba a sentirse ofendido. Cada vez más. Y más. Y empezaron los contraataques. Algunos, francamente demodelores. Muchos -la mayoría- por absoluto desconocimiento. Otros, malintencionados. Que también.

Y todos, sin saber que contra más subía la intensidad de esos ataques, más aumentaba el apoyo nacionalista. Habían picado. Lo habían conseguido.

Me dijo en una ocasión un alto dirigente de ERC que su mejor cartel electoral había sido José María Aznar. Me hizo gracia. En parte, por lo injusto, porque fue durante su mandato cuantas más transferencias hubo a todas las CCAA. Curiosamente. Aunque entendí lo que me quiso decir.

Y ahora vamos camino de un referéndum. Veréis el próximo 11 de septiembre cómo se presenta la jornada. Pero, sabéis una cosa? Lo ansío. Ansío ese referéndum. Porque sé que el resultado puede gustarnos. Y quizás, sólo quizás, se calman una temporada.

Cuando entró en vigor la Ley de Normalización Lingüística del año 95, muchos lo advertíamos. Lo decíamos en debates y tertulias cuyas centralitas se colapsaban. Pero si no se aplican las multas, nos decían. Y qué? -contestábamos- , sólo la posibilidad de que se pueda hacer es un claro atentado a la libertad. Por qué debo rotular mi comercio en catalán? Por qué no puedo escolarizar a mi hijo en un sistema normal y naturalmente bilingüe?

Bueno, en la calle no hay problema. Y sí. Es cierto. Y? Qué necesidad tenemos? Si somos un pueblo enorme, grande, con virtudes exquisitas y con algún puñetero defecto.

Quiero, sin extenderme demasiado más, recordar otra cosa.

Somos muchos, muchísimos, los catalanes españoles que amamos nuestra tierra. Que consideramos una riqueza absoluta la diversidad de la que goza España. Que leemos y amamos en catalán, indistintamente como lo hacemos en castellano. O en español. Llamadle como queráis. Son mis lenguas maternas. Ambas.

Somos muchos los catalanes que no convergemos con ninguna tesis nacionalista. Ojo. Con ninguna. Tampoco de otro tipo. No nos gusta el nacionalismo como doctrina política. No nos gusta una doctrina que propugna una homogeneización cultural y lingüística dentro de unas mismas fronteras. Pero ninguna.

Y sabed una cosa. Cuando atacáis la política de Cataluña dirigiéndoos a todos los catalanes, en general, nos ofendéis a muchos. Tenedlo claro. Cuando hacéis coñitas diversas con nuestra otra lengua, también.

Porque puedo criticar a un familiar pero ojo, porque cuando lo hacen otros, sabéis cómo puede escocer.

Otra cuestión antes de desayunar.

La culpa de esta situación no es sólo de los políticos. Nada. Excusas fáciles. Sí es cierto que se produjo un divorcio entre la sociedad civil y la clase política.

Pero no es menos cierto que esta sociedad civil que tantas alegrías y triunfos ha dado al pueblo catalán, esta sociedad civil que en su dia potenció el modernismo, a la vanguardia en España siempre de los movimientos culturales y empresariales europeos, tiene también buena parte de responsabilidad.

Porque ha permanecido al margen, con una confortable venda en los ojos, mirando hacia otro lado haciendo como que no le importaba. Y comentando en círculos privados lo que no ha tenido el valor de defender en el ámbito público.

Así que todos, salvo algunas excepciones, somos responsables de la situación que pueda acabar derivando.

Y ahora, sí. Antes de que revise estas palabras y pueda corregir alguna por considerarla demasiado primaria, voy a tomarme un zumo vitamínico y un café, con unas tostadas con tomate untado y aceite. Aceite puro virgen de oliva, como le gusta a @Guals. Y como nos gusta a todos los españoles.

Porque una servidora, a diferencia de otros muchos, sí cree que sigue mereciendo la pena recordar lo obvio.



lunes, 13 de agosto de 2012

Diferentes conceptos de solidaridad

Vaya, acabo de percatarme de que no había colgado aquí la última columna de Libertad Digital... Aquí está.

Solidaridad "dos por uno"...

Permitidme un poco de desconexión. Vuelvo enseguida...

jueves, 2 de agosto de 2012

L´anxaneta y el liderazgo

El sábado pasado pudimos asistir a una Jornada Castellera en Vilanova i la Geltrú con motivo de sus Fiestas Mayores. Le aconsejé a mi marido, madrileño, que no se perdiera el espectáculo. Porque se trata de una experiencia que si no la has vivido jamás, la sensación que te produce la formación concienzuda de un castillo humano a escasos metros es verdaderamente indescriptible.

La cuestión es que tiempo atrás lo había intentado pero por problemas de agenda no había sido posible. Así que finalmente pudimos ver en acción los castillos que cargaron los Bordegassos de Vilanova, los Castellers de Vilafranca y la colla de Tarragona.

Pero lo curioso del asunto, más allá de una plástica maravillosa, de una estampa estéticamente impecable y de que del tesón, el esfuerzo, la perseverancia y la pasión por hacer bien las cosas se den cita en unos pocos movimientos, es la estrecha relación que guarda el proceso de levantar una torre humana y su precisión, con lo que ahora conocemos como auténtico trabajo en equipo y liderazgo.

Para empezar, el líder del grupo, quien motiva y estimula al resto, les va proporcionando las instrucciones a seguir desde la base:


En la foto se aprecia claramente cómo los hombres van encajándose entre sí, cómo van, paso a paso, ubicándose en su lugar y poco a poco ajustándose al máximo los unos a los otros.


Empiezan a subir despacio, seguros de cada movimiento. El líder, en definitiva, no es más que un guía que indica al grupo que lidera -válgase la redundancia- los pasos a seguir hacia una meta y objetivos concretos.

Debe, asimismo,  motivar a los que conforman ese grupo, con el fin de alcanzar los objetivos marcados. Superando caídas, piernas fracturadas, cuellos torcidos... Levantarse y seguir. No hay más. Esfuerzo y perseverancia.

Un dato os quiero dar. Nadie se molestará si digo que los Castellers de Vilafranca (los q van de verde) son los considerados "más profesionales". Están sponsorizados, van de gira por todo el mundo; pero ninguno de ellos vive de esta actividad. Lo compatabilizan con sus ocupaciones profesionales. Algunos creen que se perdería autenticidad. No lo sé. Quizás sea así. Pero creen en lo que hacen y a ello se dedican.

Tal y como indico al principio del post, mi marido no había visto nunca ni tan de cerca levantarse un castell. Espero que no se moleste si os confieso públicamente que se emocionó al verlos llegar arriba. Al ver cómo l´anxaneta (la niña o niño que trepa hasta el cielo y levanta el brazo) hace cumbre y permanecen quietos, inmóviles, hasta que el castillo no se descarga debidamente, algo casi más costoso que el cargarlo. Y cómo sus rostros se van emocionado, llenando de orgullo por haber hecho su trabajo excelentemente.

Esta actitud, creedme, resume mucho de la vida.









En cualquier artículo que podemos leer al respecto del concepto de Liderazgo, es ya muy sabido que las personas capaces de inspirar y motivar al resto para extraerles lo mejor de sí mismos. Nada tiene que ver con dinero, con poder ni con altos cargos.

Es la autoridad y el respeto lo que las hace líderes. Somos nosotros quienes le hacemos líder. O te hacen líder. O nos hacen líderes.

Ahí está la cuestión. Y de ahí su autenticidad.

Y hoy, si me permitís, he querido brindar un pequeño homenaje a los Castellers y a esta tradición tan arraigada en mi tierra. Preciosa, por otro lado.

Os invito a que viváis la experiencia tan sólo una vez. En serio.


Porque para ver a esta niña a tantos metros de altura, de nombre Rebeca -como indica en su casco- han tenido que caerse y levantarse muchas veces, ha tenido que sacrificar horas de estar con los amigos y han tenido que arriesgarse.

Ellos lo han hecho para contentarse a sí mismos,porque disfrutan con lo que hacen y de paso, regalarnos una visión maravillosa y hacernos vibrar con ellos. Hacernos escalar peldaños junto a ellos.

Otros y otras, en otros ámbitos, que lo anoten en sus Moleskine. Les servirá de mucho, en no pocas ocasiones, echar un vistazo a los apuntes.




jueves, 26 de julio de 2012

Así no se escribe la historia


Cuelgo aquí la columna de Libertad Digital de hoy... Así no se escribe la historia.

A juzgar por algunos comentarios, no estoy segura de haber sabido transmitir debidamente el mensaje. Un poco al hilo del post anterior, he querido destacar la labor de no pocos responsables públicos, cuya trayectoria impecable se ve oscurecida por la proliferación de nefastos ejemplos de corruptelas diversas.

Se trataba de destacar el papel que podría tener una sociedad civil fuerte y sólida, yendo de la mano de los poderes públicos.

En fin. Juzgad por vosotros mismos. Ahí lo dejo.

jueves, 19 de julio de 2012

I survived 2012

Nueva York, noviembre de 1989. Pasaba unos días junto a mis padres en Manhattan justo cuando se había puesto en marcha una campaña con el lema "I survived Catholic School" a lo largo y ancho de todo Estados Unidos. La campaña, si mal no recuerdo, respondía a una polémica algo agresiva que se había sucedido en torno a las escuelas católicas.

El lema de la reacción podía tener, así, varias lecturas. La positiva, en clave irónica. Y la negativa, dando a entender que el paso por ella había sido un suplicio.

Fue todo un éxito de imagen y las ventas de las correspondientes chapas, pins, bolsas, póster y demás gadgets que se fabricaron en uno y otro sentido fueron realmente elevadas.

Sin ir más lejos, conservo esta muestra que podéis ver a continuación:



Bien. Dejando a un margen la cantidad de recuerdos positivos que conservo a raíz de mi paso por las Escuelas Pías de Barcelona pese a no haber sido precisamente una alumna muy destacada; dejando ahora de lado el afecto, la aceptación, el haber incentivado mi personalidad y carácter, el haberme enseñado a valorar el esfuerzo y el trabajo bien hecho,  como sólo una pequeña muestra de muchos de los motivos por los que no puedo más que tener palabras de agradecimiento, quiero centarme en la idea de la campaña en el momento de su puesta en marcha por recordarme, no sé si con razón o no, a ciertas situaciones actuales.

Veamos. No voy a abundar en lo que sabemos. En que la situación económica que vivimos es francamente dramática y desoladora. En que, además de adoptar medidas especialmente cruentas, aunque necesarias, se podrían éstas ampliar a otros ámbitos. Estoy de acuerdo con no pocas de las propuestas que se hacen al respecto desde foros u opiniones individuales de la "sociedad civil".

Pero hay varios aspectos que me preocupan especialmente.

El ambiente de guerracivilismo que fomentan algunos, el linchamiento gratuito y generalizado hacia todo lo que tenga que ver con un cargo público, me parece que traspasa el mero coqueteo de jugar con unas cerillas.

Bien es cierto que no son pocos los ejemplos de "profesionales de la política" que no han ayudado precisamente a dignificar tan antigua dedicación, pero que decidamos meter en un saco a todas las personas que por una razón u otra trabajan en el ámbito de lo público, no sólo es simplista, sino injusto.

Conozco a profesionales que en sus ámbitos privados estaban a gusto trabajando, sin la responsabilidad de enfrentarse a diario al látigo y cobrando unos salarios notablemente superiores; éstos han decidido ocupar Secretarías de Estado, Empresas Públicas, Ministerios, y altos cargos de la Administración. Y la gran mayoría de ellos ha aceptado por el simple hecho de intentar arrimar el hombro y saberse capaces de ayudar a su país.

A mi paso por la Administrración, he tenido el placer de conocer funcionarios de exquisito nivel, entrega y rigor absoluto. Y sí, también los he conocido más comodones. De todo hay en la viña del Señor. Pero no he leído tantos comentarios despectivos con respecto al papel del funcionario en toda mi vida. Y tampoco es eso.

Que hay mucho "político profesional medio instaurado"? Por supuesto. Diputados mediocres, senadores, concejales y funcionarios en general. Como en cualquier otro colectivo. Es cierto, también, que por el hecho de estar ocupando un cargo público, el ejemplo a dar es doblemente mayor, pero no saquemos las cosas de quicio. En serio. Porque de lo contrario, conseguiremos que la escasa vocación de servicio público que va quedando -y creedme, todavía existe-   esté tan desprestigiada que cada vez haya menos nivel y acaben recurriendo a ella los oportunistas de turno.

Un poco de responsabilidad no nos vendría nada mal a ninguno de nosotros. Un poco de altura de miras, tampoco. Y es que cada día es más necesaria una sociedad civil fuerte, sólida, que pueda ir de la mano de un Gobierno que hace lo que cree que debe hacer, solo, frente a una oposición y a unos sindicatos que creen ver en la calentura de las calles y de la gente, la oportunidad para regresar mañana.

Porque aquello de renunciar al cortoplacismo para pensar en las generaciones futuras, como algo que diferencia al político del estadista, que apuntara Churchill, no pasa aquí desde hace mucho, me temo.

Algunos, de hecho, gritan y braman ahora lo que no han podido decir años antes, por la autocensura y por el sectarismo, algo ya tan habitual entre nosotros. Una lástima.

Y estamos jugando con algo realmente peligroso. No se trata sólo de jugar con fuego. Estamos jugando con nitroglicerina y en un bache de éstos, mal pillado, lo vamos a lamentar todos. Y entonces, sí, aquéllos que van con la antorcha, darán codazos para sentarse en el primer banco a llorar.

Así que vayamos buscando las chapas de turno, porque este año será recordado durante tiempo. Tanto en un sentido como en otro. Porque habrá gustos para todo. Y como en todas las situaciones difíciles, habrán sacado lo peor y lo mejor de nosotros. Aunque todavía confío en lo segundo.

I survived 2012. En lo bueno y en lo malo. Espero.



jueves, 12 de julio de 2012

Columna Libertad Digital

Hoy se cumplen 15 años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco.

He aquí mi pequeño homenaje. La columnita de hoy en Libertad Digital:

El frágil surco entre el Bien y el Mal.