lunes, 27 de febrero de 2012

Al hilo de...

Pues eso. Al hilo del post anterior, dedicado a la Ceremonia de los Oscar, paso a reproducir íntegramente el comentario que ha dejado, una vez más, @ArtanisD (David Breijo) por el interés que, sin duda, tiene por sí mismo a mi modo de ver. Un lujo para una servidora.

Aquí está:

Para dejarte estas líneas, voy a entrar con comodidad hasta la cocina, ya que comenzaré confesando que mi cinefilia, ya preadolescente, me hizo pasar varias madrugadas pendiente de los Oscars. La cinefilia era prematura, agraz, acrítica, sentimental y nostalgica. Nostalgia de la peor clase, además. Nostalgia de aquello que no se ha vivido y, probablemente, ni existe. O te cae muy lejos, que a veces viene a ser lo mismo. Tangencialmente, entre tus compañeros de LD -o a un grado de distancia, usando esta escala social tan de moda- hay gente que en aquella radio de los 80 me acompañó en esa cinefilia, en Antena3. Garci, que no me interesa en exceso como director, pero a quién tendría a mi lado en cualquier barra de cocktelería hablando de cine; el fallecido Santiago Amón (el tiempo ha venido a demostrar que los hijos no siempre heredamos los talentos de nuestros padres); no era yo pumarista, pero él dejó claro aquel aserto del demócrata Harry "El Sucio" Callahan... "las opiniones son como los culos. Todo el mundo tiene uno." No. Nunca llamé al programa.
Pero, con los años me desenganché de los Oscars. Las listas de premiados de los últimos 10 ó 15 años me parecen -en su mayoría- deplorables. El espectáculo (yo, que soy amante de los stand-up comedians desde antes que llegara El-Puto-Club-De-La-Comedia) tiene escasos minutos de interés. Las películas que me atraen, las capturo y devoro a mi ritmo.
En plan boutade, permíteme decir que parte de culpa la tiene François Truffaut. Me explico. "La Noche Americana". Loa cinéfila al cine americano. El cine que amaba. "El cine o es americano o no es", dijo su ex-copain, Godard, quién ha estado haciendo con el cine lo que Adriá con la tortilla. Y los críticos cinematográficos y gastronómicos se comportan por igual, que conste, cada uno de su madre y a saber de qué padre.
Truffaut falsificó y mitificó un rodaje y una manera de homenajear al cine americano. Es la idea de cinefilia de un pajillero. Yo amaba ese film en mi pubertad, pero la masturbación también evoluciona, se hace sofisticada, alambicada y se diversifica el disfrute. Hoy, puedo hacer la prueba del cinéfilo con el algodón de "La Noche Americana". Y, si mancha el algodón, le pido al cinéfilo -amablemente- que disfrute, pero que no me salpique...

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