martes, 17 de enero de 2012

Il Salutone di Francesco...

Costa Concordia

Tras el naugragio del Costa Concordia frente a la isla de Giglio, todas las hipótesis parecen tomar forma y las culpas se centran, por el momento, sobre el capitán de la nave.

Al parecer, Francesco Schettino, pretendió acercarse lo máximo a la costa para hacer un "salutone", una especie de reverencia a la isla en homenaje al maitre, oriundo de la zona. Don Francesco, que permanece detenido acusado de grave negligencia y abandono de la nave, iba "enfiestado" según numerosos testimonios y quiso pasar en plan Tom Cruise en Top Gun cuando hacía sus "pasaditas" por la torre de control, pero en su versión náutica.

En cuanto vi las imágenes, nada me sorprendió. Ni siquiera nosotros, con una embarcación de 7 m de eslora nos acercamos tanto a una zona tan escarpada y rocosa. Más que evidente. Elemental. Así que no me sorprende que Francesco estuviera en condiciones "dudosas" y decidiera, así, marcar sus jeans a toda luz y color.

El remate es el comportamiento tan poco acorde a los mínimos requeridos para ostentar el cargo de Capitán. ¿Dónde están el pundonor y la responsabilidad? Reprochable y reprobable gesto el de abandonar el barco a la menor ocasión. Sin desperdicio son las conversaciones con Capitanía de Puertos, donde se pone de manifiesto el engaño y la cobardía.

Nunca crees que algo va a suceder hasta que sucede. Y no conozco al personaje, con lo que quizás mis impresiones son precipitadas. Pero bote pronto, me da la  pinta que Francesco se había relajado demasiado tras tantas travesías y tantos piropos a su uniforme blanco impoluto. Como si lo viera. Triunfaba entre el personal hasta convertirse en un chulito de manual.

Por fortuna, este comportamiento, contrasta con el del Comisario Jefe de a bordo, Marrico Giampetroni, quien ha sido rescatado tras permanecer inmóvil 36 horas al caérsele encima de su pierna un frigorífico, mientras repasaba algunos de los camarotes para rescatar a más pasajeros. Esta actitud nos devuelve la fe y la esperanza en la condición humana y el coraje.

Mientras, y además de los 7 fallecidos, 29 personas siguen desaparecidas. Y todo, por lo que parece apuntar a un capricho del responsable de más de 4000 personas y de una embarcación de 300 m de eslora. Parece una comedia italiana, pero no. Ha sucedido por desgracia.

No sabemos si el "saludo mortal" servirá por lo menos para revisar algunas posibles negligencias potenciales. Veremos.

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