
El ansiado pacto fiscal nubla los ojos. El espíritu Braveheart planea desde hace tiempo. Se arenga a las masas y se suceden las encuestas una tras otra a ver si se ha arrancado alguna décima y podemos abordar una consulta que nos dé el resultado que queremos. Como en Quebec, vamos. Una consulta tras otra y a ver si así, algún día, quizás...
Lo que debo admitir que me ha sorprendido ligeramente -no demasiado, pero sí en cierto modo- es que el Molt Honorable estuviera tan encantado con esta situación. Con el tira y afloja permanente, que ya iniciara su predecedor convergente, pero cuya cuerda flojeando ya por todas sus costuras. Peligrosísimo camino el escogido, si me permiten los señores de CiU. Peligroso y con letales consecuencias. Y será, mucho me temo, tarde, para cuando se hayan dado cuenta.
Los caminos que el sr. Mas define como "caminos de autoafirmación de país" son agotadores. Y más todavía cuando siguen confundiendo a su partido, a la Generalitat y a Cataluña como si de una misma cosa se tratara. Y eso, es todavía más peligroso. Porque siempre olvida que hay quienes amamos a nuestra tierra sin necesidad de "autoafirmarnos", que bastante trabajo tenemos con nuestra lucha diaria.
Olvidan también que hay más de una manera para querer a tu tierra. Y que no se la quiere menos por desear verla integrada en un gran proyecto español, como parte esencial del mismo, desde la lealtad y la colaboración mutua. Porque Cataluña ha sido muy grande. Y lo ha sido junto con el resto de España.
Y eso, que para algunos de vosotros será de una obviedad manifiesta, es -creedme- tremendamente complicado. Ya lo voy diciendo desde hace tiempo. Estoy exhausta. Pero lo peor es que me da una pereza brutal, que es -en mi caso- mucho más preocupante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario