lunes, 9 de enero de 2012

The Iron Lady: Back to Basics

 
Fascinada todavía por la soberbia actuación de Meryl Streep -algo nada sorprendente, por otro lado- os advierto que me va a costar ser minimamente objetiva con The iron Lady. De hecho, casi ni lo voy a intentar. Me he dejado atrapar. Y con gusto. Además, qué caray, necesitaba un subidón con un buena dosis de Maggie.
 
Brutal. Sencillamente brutal la encarnación del personaje. (Cuelgo aquí una entrevista a la actriz) Y así, a brochazos, sí deseo apuntar unas cuestiones.
 
Para empezar, se echa de menos una mayor profundización en la trayectoria de Margaret Thatcher, sin necesidad de recurrir en tantas ocasiones al flashback. Eché en falta su ascenso dentro del partido, su lucha contra el IRA, el proceso de sus tomas de decisiones. A pesar de que uno de los más conocidos es el episodio -que tan bien recordaba de sus memorias- con respecto a la Guerra de las Malvinas y el hundimiento del Belgrano: Húndanlo! La escena es demoledora. Sus ojos azules contemplando la maqueta donde se ha diseñado la estrategia a seguir por las Fuerzas Armadas, ella sola observando una y otra vez el tablero para tomar la decisión que ella cree la más correcta pensando en el futuro del Reino Unido.
 
Me gusta -esto es un asunto mío personal- cómo se reivindica la figura de su marido, Denis, y lo importante que, de hecho, fue en su vida. No podemos olvidar que Denis le financió su campaña electoral en la que obtuvo su escaño por Finchley y su primer y más profundo admirador. Otro personaje muy influyente, su padre, también aparece. Un tendero metido en política municipal que, sin duda, forjó los principios en los que su hija creyó a pies juntillas y desarrolló hasta el último día de su mandato, cuya polémica Poll Tax hizo que su propio partido le instara a abandonar.Too much...
 
Hay una escena fantástica. Ella, ya anciana -el film abusa de su etapa más senil en lugar de centrarse en la de esplendor, a pesar de que la humaniza notablemente- ofrece una cena en casa. Al terminar, una de las comensales la felicita por el discurso que en su día ofreció en Brighton, tras el atentado de 1984 en el Grand Hotel, donde se hospedaba junto a su marido. Ella, sin pestañear, le dice: "Antes procurábamos hacer algo.... ahora tan sólo quieren ser alguien". Definitorio.
 
Pero me quedo con este momento glorioso: "Watch your thoughts for they become words. Watch your words for they become actions. Watch your actions for they become... habits. Watch your habits, for they become your character. And watch your character, for it becomes your destiny! What we think we become. My father always said that... and I think I´m fine"
 
("Vigila tus pensamientos, pues se convierten en palabras; vigila tus palabras, pues se convierten en acciones; vigila tus acciones pues se convierten en hábitos. Vigila tus hábitos, pues éstos se convierten en tu carácter. Y vigila tu carácter, pues se convierte en tu destino! Nos convertimos en lo que pensamos. Mi padre siempre decía ésto... y creo que estoy bien”.)
 
Id a verla, no os defraudará. A los que os guste Margaret Thatcher, su filosofía y hoja de ruta, os reafirmará en ella, a pesar de salir con la sensación de querer más y más. Si habéis leído algunas de sus memorias, se os refresacarán varios de sus capítulos. Y a los que no os guste especialmente su figura o no os interese nada, supone un buen acercamiento. Un excelente biopic. A mi las bio -sobre todo de perfiles políticos- me gustan especialmente, lo confieso. De hecho, ya estoy impaciente por ver la de Hoover, a pesar de que el personaje, tras leer alguna biografía, me dejara espeluznada, francamente.
 
En fin, a unos y a otros, os digo que  la cinta es del todo recomendable. Aunque sólo sea por saber cuál es la diferencia entre el auténtico liderazgo y todo lo demás. Entre las convicciones y el cortoplacismo electoral. Entre lo que supone creer firmemente en la libertad y en el poder del individuo o en el colectivismo dirigido.
 
Y para saber, en definitiva, cuán fascinante es el personaje. Gracias, Maggie.
 
 

2 comentarios:

  1. Permíteme que abuse de tu blog al acometer una entrada de hace unas cuantas jornadas. Que abuse doblemente, pues -antes de nada- he de confesar que no he visto el film y las críticas y comentarios que he ido recolectando no me animan a ello. Precisamente, me llama la atención que aplaudas la película desde un punto de vista, llamémoslo, conservador. Me explico...
    La crítica de izquierdas ha deplorado la película por no retratar a Thatcher como una peligrosa fascista que merendaba a pobres y/o sindicalistas. La crítica más conservadora o los comentarios firmados por simpatizantes de esta interesante y -en muchas facetas- admirable mujer se lamentan, en concreto, de que la película no opta por hacer una defensa abierta de sus postulados (que no implicaría caer en una hagiografía). Esto último no sorprende... el Hollywood liberal (liberal=izquierdista, socialdemócrata, aún en parámetros sajones) jamás haría una defensa semejante; aún recuerdo con sorpresa la relativa moderación de Oliver Stone (antes de volverse tontoútilcastrista) en el retrato de "Nixon", personaje hiperdemonizado en Hollywood.
    Por eso, no deja de llamarme la atención que hayas salido relativamente satisfecha del visionado. No lo recrimino, no me malinterpretes. Me llama la atención.
    Añado un detalle más... De la misma manera en que aquí, el mero nombre de Aznar hace que se disparen las alarmas de cualquier producto o espectáculo audiovisual, es casi imposible oír el nombre de Thatcher en un producto brit ("Exile", "Life On Mars", "Full Monty"...) sin que se le aplique -como mínimo- el epíteto "bitch"...
    Gran Bretaña no está aislada del Continente en la disposición a demostrar que los medios y el entertainment tienen predilección por clavar alfileres de vudú en las figuritas tótem de la derecha...
    (A todo esto, lo admito... me ponen las mujeres que mandan... aunque "La Dama De Hierro" tenía un sex-appeal... limitado.)

    ResponderEliminar
  2. Debería copiar tu comentario y adjuntarlo como post! La verdad es que llevas razón. En asuntos de cine -y en otros tantos- soy poco racional, mis emociones dicen mucho. Y es lo que, en definitiva, ha marcado mi percepción de la película.

    Si te gusta el personaje, has de verla. Y estoy también muy de acuerdo en el perfil que de Nixon dibujó Oliver Stone.

    Muchas gracias.... Saludos cordiales.

    ResponderEliminar