
En un discurso sereno, templado y hablando ya como presidente de la nación, Mariano Rajoy se dirigió a todos los españoles con voz esperanzadora pero realista. Alentadora pero avisando del esfuerzo que se nos va a requerir a todos y a cada uno de nosotros. Aquí están sus palabras.
Es tiempo de trabajo duro y de sensatez. El PP deberá sentarse con un rumbo trazado milimétricamente y no salirse del guión son improvisaciones cortoplacistas, en las que no creo que caiga. Son conscientes de la situación que atraviesa España y de lo que le conviene. Estoy convencida.
Y ahora nos toca confiar y esperar. No hay más.
Los resultados, imabatibles. Con un 44,62% de los votos y 186 diputados, el Partido Popular va a poder hacer frente las reformas necesarias con absoluta autonomía, a pesar de que probablemente procurará reunir los acuerdos necesarios alrededor de asuntos clave.
Un dato a tener muy en cuenta es el resultado histórico de CiU en Cataluña en unas elecciones generales, y todo ello a pesar de la durísima política de recortes que se están padeciendo en no pocos ámbitos. El pueblo de Cataluña lo ha dicho muy clarito y así lo entiendo yo: vía libre a la política de centro-derecha, austeridad, reformas, pero ojo, identidad renovada. Los 16 escaños de CiU son muy significativos.

La debacle del PSOE, batiendo incluso el récord -por lo bajo- de Joaquín Almunia no es, por esperable, menos llamativa. El rostro de Alfredo Pérez Rubalcaba lo decía todo. Y el de Carme Chacón. Tan sólo 110 diputados se darán cita en el congreso de los Diputados. Y mientras, José Luis Rodríguez Zapatero continua sin aparecer. Es decir, el todavía Presidente de Gobierno en funciones ni está ni sabemos si se le espera, en una de las ofensas y falta de respeto hacia todos los españoles más notables de la historia democrática. Alucinante. Sigo perpleja, francamente.
La IU de Cayo Lara pega un estirón con 11 diputados y Llamazares arranca unos cuantos votos en Asturias. Y estirón interesante el de UPyD, que se queda con 5 representantes y a poquito de disponer de grupo parlamentario propio.
Ahora bien, la otra cara de la moneda se llama Amaiur. Los 7 diputados de la izquierda abertzale, que ha dejado al PNV con 5 diputados, dará de qué hablar, sin duda. Y no será fácil. Los pelos de punta se me ponían ayer al ver a alguno de sus representantes.
Aquí hay un resumen de El Mundo y otro de La Vanguardia con todos los datos.
Por motivos diferentes, aunque con reivindicaciones identitarias de por medio, los Duran´s Eleven y los Amaiur´s seven jugarán sus cartas. Y los dados, din duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario