viernes, 25 de noviembre de 2011

Roque, el barbero cubano

Ya muchos de vosotros sabéis de mi amistad con algunos cubanos exiliados y mi simpatía hacia ellos y a su infatigable lucha en pro de la recuperación de las libertades en Cuba. Los estragos del comunismo, por mucho que éste sea algo más soft son devastadores.

Así que, sea lo que sea lo que recibe una de alguno de sus amigos de allá la Florida, los que ven crecer a sus hijos sin poder regresar a su país, a su querida Cuba, tengo el honor y el deber, diría yo, de reproducirlo en este espacio.

Por los derechos individuales y por, en definitiva, la Libertad, que todo lo engloba. Poderosas razones para una servidora.

Así pues, reproduzco a continuación el relato que me envía Armando, cuyo título responde al de
Roque, mi barbero. Disfrutadlo.

ROQUE, MI BARBERO
Desde muy joven, me pelaba en la barbería de Roque, la cual estaba situada en la Calle Central y Tulipán.
Era pequeña, Roque había habilitado el garaje de su casa, tenía 2 sillones y allí laboraban el y su hijo. Tenía bastantes clientes, con la ventaja de ser contigua a su vivienda, por lo que no existían horarios, los 7 días de la semana y las 24 horas al día. Solo habia que tocarle la puerta y Roque o su hijo, con la mejor de sus sonrisas te pelaban e incluso te brindaban hasta cafe, realmente era un ambiente familiar. Eran clientes de Roque, Remírez de Estenoz [purgado con Lage] Terry, el viceministro de Salud Pública que se atrevió decirle a Fidel que la neuropatía, era producto del hambre. Como en todas las barberías, allí se discutía de lo humano y de lo divino.
Un buen día, cuando la ofensiva de 1968, le intervinieron la barbería a Roque; pasó de capitalista a ser miembro de la clase obrera.

La barbería de Roque, pasó a ser la Unidad 24-16 del Consolidado, 2 por Ciudad de La Habana, 4 por el Cerro y 16 por el orden numérico.  Automáticamente, el garaje de la casa de Roque, pasó a ser propiedad estatal, o sea
de todo el pueblo. En principio, Roque estaba al borde de la locura, después se fue adaptando a las nuevas reglas y casi que le empezo a gustar.

Como había un solo reloj de electricidad y un solo metro de agua, el consolidado comenzó a correr con todos los gastos, desde luego incluyendo los de la casa. Lo mismo pasó con la pintura y materiales que le enviaban para la reparación de la unidad; ya estaba en un plan de abastecimiento estatal. Me comentaba que le habían enviado una cantidad tal de tela blanca que había resuelto todas las sábanas de la familia.

En el orden administrativo se hizo una reorganización total; se nombró a Roque administrador y jefe de su hijo; a Roque también se le dieron las tareas del control laboral, asistencias, vacaciones, planificación de los insumos, etc y se estableció la jornada de 8 horas que es una conquista de la clase obrera. Se acabo el tocaito de la puerta.

En el orden económico fueron realmente muy beneficiados; le aplicaron normativas de trabajo, muy similares a las establecidas en la Union Sovietica, y con el compromiso de renunciar a las "propinas" elemento que prostituye a la clase obrera. Se le establecieron a Roque y al hijo un salario base de 350 pesos mensuales y a Roque un plus adicional de 100 pesos por sus funciones de dirigente. Como referencia, yo como economista, solo ganaba 325 pesos.
Lo mejor de todo, era que el pelado valía 80 centavos y todos pagaban con un peso.  Nadie solicitaba el vuelto y el que lo hiciera era mejor que no regresara nunca.  Además, no recuerdo haber visto a Roque utilizar la flamante caja contadora que le había enviado el consolidado; el tenía la vieja costumbre de guardarlo todo en el bolsillo.  Eso si era muy honesto, según el, lo reportaba todo al consolidado. Lo juraba por su madre.

También Roque tuvo que asumir tareas políticas; tenía asignado como lugar de concentración para la asistencia a los actos de la plaza de la revolución, las calles 23 y 14 en el Vedado, viviendo él practicamente a unos metros de la misma, y lo que más le molestaba era que tenía asignadas 3 pancartas bastante grandes, una con la foto de Camilo, otra con la de Lázaro Peña y otra con la del Che, para ser utilizadas de acuerdo con las características del acto y además 2 banderas cubanas muy grandes y 4 pequeñas que siempre debía estar agitando.
De las nuevas tareas políticas asignadas, lo que más le molestaba a Roque era la celebración de las asambleas de producción; su hijo no quería participar y el tenía el compromiso de levantar el acta.  Lo mismo pasaba para la selección trimestral de los Vanguardias, la Emulación y los Obreros destacados.  Al hijo, Roque Jr. que era gusano y medio solo le interesaban las asambleas para repartir los efectos eléctricos, que siempre su padre se los concedía por votación unánime.

Las crisis más grande que pasaba Roque como dirigente era garantizar la cuota de trabajo. Voluntario para la agricultura, el hijo el que pelaba al médico de la familia se había conseguido un certificado médico, de que estaba muy enfermo de los nervios, que no dormía, que se orinaba en la cama, que no quería bañarse etc. que lo eximía de los trabajos agrícolas. Y Roque que odiaba el campo, tuvo que asistir en dos oportunidades, incluso amenazó a la familia con suicidarse.

A finales de los años 90 Roque se retiró, debido a problemas de salud, su hijo pasó a ser el administrador, y se incorporó a la Unidad la esposa de Roque, algo mayor, ante el temor que le fueran a enviar a otro barbero, y se crearan conflictos laborales en la Unidad.

Roque, que toda la vida fue muy trabajador y un gran dirigente, con una experiencia extraordinaria en el giro, qué dirá de las nuevas medidas de privatizar a los que tienen menos de 3 sillones.
PARA MI ES MUY IMPORTANTE LA OPINION DE ROQUE

                                                                                                                      To be continued...

No hay comentarios:

Publicar un comentario