10 años han sido suficientes para que el sentimiento independentista en Cataluña se triplicara. Según un estudio realizado por la Fundación Carulla y la Càtedra Lideratges i Governança Democràtica de ESADE y que recoge La Vanguardia.
No me he hecho eco todavía del informe, estoy en ello. Pero lo que el rotativo del Grupo Godó avanza es más que prometedor. Y no me refiero a los resultados sino al estudio en sí mismo.
Una primera conclusión a la que llegan los coordinadores del informe, Javier Elzo y Ángel Catiñeira, sobre la encuesta que se ha realizado por tercera vez es que "el independentismo catalán es afectivo y sociocultural", a diferencia del vasco, que "es más histórico y político".
Se han arriesgado a afirmar que un 45% de los catalanes votaría a favor de la independencia, llegado el momento de una consulta e insisten en remarcar que lo harían sin basarse en ningún postulado político, señalando además, "los valores blandos" y "hechos a medida" que tienen la mayoría de los catalanes y la desafección hacia las instituciones, poniendo de manifiesto "una crisis de poder".
Así, clasifican a los catalanes en neoconservadores (30%), más tradicionales y religiosos, los individualistas egocéntricos (10,8%), los individualistas pragmáticos (16,4%), que se autocalifican como "gente de orden", un uno de cada cuatro considerado como individualista cívico y los neomodernos, que representarían el 20%, más implicados políticamente, pero más necesitados de referentes en cuanto a valores morales.
Francamente interesante. ¿No os parece? ¿Se podría llegar entonces a la conclusión de que aumenta el independentismo más conservador? ¿Tan sólo se necesita una década para remover los cimientos?
Me parece realmente preocupante y no tengo lamentablemente ningún elemento a la vista que me haga ser demasiado optimista en cuanto a la recuperación de un sentimiento más autonomista y menos independentistas. No olvidemos que la semilla se sembró hace mucho y ha ido creciendo poc a poc.
Lento pero constante. Y algunos deberían sentarse y empezar a diseñar estrategias que vayan más allá que matar moscas a cañonazos.
El espíritu de este cuaderno digital no es otro que el de reunir ideas,pensamientos,gustos cinematográficos o gastronómicos,lecturas estimulantes o viajes sugerentes.Me interesa todo aquello que tenga que ver con el ámbito social y político,me interesa la libertad y su búsqueda permanente,me interesan las diferencias entre la óptica femenina y masculina,me interesan,en definitiva,las personas y su encaje en una sociedad cada vez más compleja.Y me apetece contarlo en mi propio espacio.
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Como cuatro años atrás, alquilé junto con mis hermanos (somos madrileños) una casa rural en un pueblo de Gerona, muy cerca del lago de Bañolas. En la masía de la que formaba parte la casa que alquilamos convivían tres generaciones: el abuelo agricultor, los hijos (que eran de nuestra generación y eran los que llevaban el negocio de turismo rural) y el nieto de unos 6 años.
ResponderEliminarEl abuelo catalanohablante natural, hablaba amigable y esforzadamente con nosotros en un castellano con un acento tan "cerrado" que me recordaba al castellano "cerrado" de mis abuelos zamoranos, o de cualquier otra persona mayor que podamos encontrar en el resto de España. Recuerdo que comentábamos con él palabras referentes al mundo rural y las comparábamos con las que se usaban en el pueblo de Zamora de donde es oriundo nuestro padre. La actitud de este hombre con nosotros era completamente amistosa: nos hacía sentirnos en nuestra propia casa y en nuestro propio país.
Luego estaban los hijos. Estos eran inequívocamente nacionalistas catalanes y en consecuencia militantes catalanohablantes. Con nosotros, al contrario que el del abuelo, su trato era exclusivamente comercial: las pocas veces que lo hicieron nos hablaban en castellano únicamente porque éramos sus clientes. Nos trasmitían el mensaje de que como clientes, ni estábamos en nuestra casa ni estábamos en nuestro país.
Por último estaba el nieto de 6 años. Aunque con nosotros estaban nuestros hijos de edad similar, solo tuvimos un breve contacto con él en la piscina de la casa rural. Cuando le dijimos si quería jugar con nuestros hijos, el chiquillo se quedó callado, y su madre nos dijo: "Lo siento, el niño no entiende el castellano".
Tremendo. Así es. Insisto en que lo era ni creo que siga siendo lo predominante pero comparto contigo en que ha ido a más de generación en generación. Me enternece pensar en dl abuelo porque lo estoy viendo tal y como lo describes. Al igual que veo ese sentimiento nacionalista creciente en las generaciones inmediatas. Muy bien descrito, así es.
ResponderEliminarLo curioso es que en las últimas elecciones el independentismo ha perdido mucho votos,aunque ha ganado en radicalidad.
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