8,9 grados en la escala de Richter. Esta es la magnitud del seísmo que ha provocado olas de hasta 10 metros en la costa norte de Japón y corrimientos de tierra en la zona noroeste. Están en alerta las costas australianas, de la Polinesia, así como las de la costa oeste de Sudamérica.
A estas horas, hay más de una veintena de fallecidos y numerosos heridos.La arquitectura nipona, totalmente preparada para afrontar este tipo de seísmos, está resistiendo bastante bien, a pesar de los 200 edificios que se han derrumbado al nororeste del país.
De momento parece que la población está manteniendo la calma, una población bastante mentalizada ante este tipo de situaciones y para afrontar el caos que Japón vivirá durante las próximas horas, con los trenes de cercanías cortados y carreteras colapsadas. Las autoridades ya han alertado a los nipones que residan fuera de las áreas centrales, que resistan en el centro sin acudir a sus casas por temor a que se sucedan más movimientos durante las próximas horas.
Cuando acudes a cualquier hotel de cualquier zona nipona por primera vez, te sorprende encontrar en tu habitación planos indicativos de cómo mantener la calma y cómo proceder ante un terremoto. Supongo que nunca piensas que, a pesar de la cantidad de movimientos sísmicos que se suceden al cabo de año, llegue de pronto uno de esta magnitud.
Siempre que le preguntaba a MªLuisa, cuando residía en Kobe con Juan Carlos y sus hijos, nunca presentaba el más minimo temor, gracias a la resistencia y arquitectura calculada de los edificios de más reciente construcción y gracias también a la rápida capacidad de reacción, así como la disciplina d ela población japonesa, acostumbrada a las olas de gente en los núcleos más urbanos.
Pero me temo que hoy son bastantes los que sí habrán sentido miedo y temor a lo que pueda pasar en las próximas horas. Nuestra solidaridad con el pueblo nipón, al que admiro por muchas razones.
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