Pues si. Tal y como reza la canción, Amar duele. Lo llevo diciendo desde hace mucho y al parecer, según recoge La Vanguardia de la noticia publicada en USA Today, así es. El sufrimiento emocional por la ruptura de una pareja se traslada al dolor físico activándose para ello las mismas regiones del cerebro.
Nunca he tenido la más mínima duda al respecto. Creo que una persona puede, incluso, llegar a morir por un desamor.
Apunta el psicólogo social de la Universidad de Michigan Ethan Kross, director del estudio:
"Vimos que la intensidad de la experiencia de sentirse rechazado socialmente activa regiones del cerebro que están involucradas en la sensación del dolor físico".
Aquí lo tenéis. Interesante estudio, la verdad.
De todas maneras, no os desaniméis, porque también creo que de toda experiencia, aunque dolorosa, puede extraerse la parte positiva, siempre la hay. E intentar reponerse para encarar algo mejor, debe ser motivo suficiente para estimularnos. Aunque es esos momentos no lo veamos.
Y como dice Natalia, el tiempo, siempre, siempre, lo acaba poniendo todo en su sitio.
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