
Sócrates había pactado con Bruselas el PEC (Plan de Estabilidad y Crecimiento) que, al considerar la oposición que se trataba de unas medidas demasiado drásticas impisió con su voto en contra que éstas prosperaran . La salida más digna del Presidente fue la de presentar su dimisión.
Hoy mismo acudirá al Consejo Europeo en Bruselas -como primer ministro en funciones- para defender su gestión e intentar evitar así un rescate financiero.
España será, a partir de ahora, vista con lupa de manera permanente. Estarán vigilantes y no pasarán ni una. Ahora bien, según he podido consultar con economistas solventes y de confianza, al haber colocado el Tesoro Público deuda -hace un par de días- en los mercados internacionales a un tipo de interés más barato de lo prestado en el pasado, hace pensar que por el momento, nos podremos salvar del arrastre vecinal. Iremos viendo, pues. Pero menuda la que se nos avecina.
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