No por temido y esperado deja de tener su impacto. José Sócrates presentó ayer su dimisión ante el Presidente de la República de Portugal, Cavaco Silva, después de no poder sacar adelante en el parlamento luso el nuevo paquete de ajustes.
Sócrates había pactado con Bruselas el PEC (Plan de Estabilidad y Crecimiento) que, al considerar la oposición que se trataba de unas medidas demasiado drásticas impisió con su voto en contra que éstas prosperaran . La salida más digna del Presidente fue la de presentar su dimisión.
Hoy mismo acudirá al Consejo Europeo en Bruselas -como primer ministro en funciones- para defender su gestión e intentar evitar así un rescate financiero.
España será, a partir de ahora, vista con lupa de manera permanente. Estarán vigilantes y no pasarán ni una. Ahora bien, según he podido consultar con economistas solventes y de confianza, al haber colocado el Tesoro Público deuda -hace un par de días- en los mercados internacionales a un tipo de interés más barato de lo prestado en el pasado, hace pensar que por el momento, nos podremos salvar del arrastre vecinal. Iremos viendo, pues. Pero menuda la que se nos avecina.
El espíritu de este cuaderno digital no es otro que el de reunir ideas,pensamientos,gustos cinematográficos o gastronómicos,lecturas estimulantes o viajes sugerentes.Me interesa todo aquello que tenga que ver con el ámbito social y político,me interesa la libertad y su búsqueda permanente,me interesan las diferencias entre la óptica femenina y masculina,me interesan,en definitiva,las personas y su encaje en una sociedad cada vez más compleja.Y me apetece contarlo en mi propio espacio.
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