Desde que Esteban González Pons ocupara la Vicesecretaría de Comunicación del Partido Popular no ha dejado de regalarnos alguna perlita diaria. No sin su buena dosis de cursilería, para mi gusto, pero perla al fin y al cabo.
Lo de las declaraciones de ayer para defender la actitud de Francisco Camps apuntando a que el PSOE debería "probar la misma medicina amarga" y que "Rubalcaba debería darle una chupadita al bote de la medicina que ayer tomó Camps", no tienen desperdicio, francamente.
Y menos con el precedente de los testimonios tan recientes de varias ex empleadas de Canal Nou, quienes están en pleno proceso judicial tras la denuncia interpuesta al que fuera Director de la cadena autonómica valenciana desde 1995 hasta 2010. No hace falta que recuerde el repugnante término porque todos lo tenemos en la cabeza, pero podríamos decir que es el mismo con un ligero toque "che".
Ya sabemos que a González Pons le pone soberanamente la presencia de una cámara y un micrófono, pero quizás debería afinar algo más sus símiles y metáforas. Algunas ya rozan el surrealismo político.
Creo, muy sinceramente, que su auténtica vocación frustrada es la de no haber sido monologuista de la Paramount y ha encontrado el filón siendo el responsable de la comunicación de los compis de Génova. Alguna relación tiene en el fondo. Tremendo el muchacho. Ayer aparcó la guitarra virtual que le suele acompañar y casi casi llega a comparaciones Torrentiles.
Es lo que tiene querer ser siempre tan ingenioso y ocurrente, navegas siempre al filo de de la ola tan escorado que los riesgos se multiplican.
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