Impresionante. El notición de ayer, din duda, y que he podido leer en El Mundo y por ende en Expansión al respecto de la inhabilitación del banquero Alfredo Sáenz, Consejero Delegado del Banco Santander no ha sido merecedor de comentario alguno por parte de los principales medios de comunicación. Hoy mismo se empieza a descolgar tímidamente alguno, pero sospechosamente de perfil.
El Confidencial daba buena cuenta ayer de la trama, con Pascual Estevill -expulsado años más tarde de la carrera judicial- de por medio, con el empresario Pedro Olabarría como protagonista y con una historia digna de llevar a las pantallas, al más puro estilo de John Grisham.
Que al día de hoy, a alguien a quien el Tribunal Supremo condena a una pena de prisión de 8 meses, multa e inhabilitación especial para cualquier empleo relacionado con la banca, por delitos de acusación falsa y de estafa procesal cuando ostentaba la presidencia de Banesto es, cuanto menos, sorprendente. Y que las personas más influyentes de la sociedad civil, principales medios de comunicación y organismos diversos no se hayan manifestado al respecto es, cuanto menos, llamativo.
¿Os imagináis algo así en Estados Unidos o en las naciones top democráticas occidentales? Cuesta bastante. Y chirría por todos los costados, francamente. Como una afilada uña en una pizarra.
El espíritu de este cuaderno digital no es otro que el de reunir ideas,pensamientos,gustos cinematográficos o gastronómicos,lecturas estimulantes o viajes sugerentes.Me interesa todo aquello que tenga que ver con el ámbito social y político,me interesa la libertad y su búsqueda permanente,me interesan las diferencias entre la óptica femenina y masculina,me interesan,en definitiva,las personas y su encaje en una sociedad cada vez más compleja.Y me apetece contarlo en mi propio espacio.
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