martes, 18 de enero de 2011

Polémico Vogue en Francia

Justo cuando se había anunciado la marcha de Carine Roitfeld al frente de la edición francesa de Vogue tras una década siendo una de las mayores influencias en el ámbito de la moda -y no sólo en Francia- y tras más de dos años de intensos rumores sobre su posible sustitución de Anna Wintour en la edición USA, aparece uno de los números más polémicos.



La edición de diciembre-enero de Vogue Francia nos muestra a unas niñas de siete años, maquilladas y vestidas de manera provocativa, sensual y seductoras. El universo para los paidófilos, sin ir más lejos.

En esta edición, agotada al poco tiempo de salir a la calle, las niñas aparecen posando y luciendo joyas de Bulgari o Boucheron y subidas a tacones de aguja de Balmain o Louboutin.

Otra vez más se plantea el gran debate sobre los límites de la libertad y este caso, de la creatividad. Por un lado, la lucha sin cuartel -y así debe ser- contra los adultos con tendencias pederastas, y de repente, niñas escotadas vestidas con estampados leopardiles como gancho de no sabemos qué. Porque ignoro quienes pueden formar parte de ese target, a pesar de que se haya agotado la edición.

Más allá de rozar o no actitudes delictivas, es un atentado al buen gusto y al sentido común. Y las madres de esas niñas, que estén un poquito más atentas a lo que les proponen sus respectivas agencias. Porque, al fin y al cabo, las víctimas, como de costumbre, son ellas. Sus hijas.

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