viernes, 7 de enero de 2011

Nos vamos después de Reyes

Así es. Cada vez más conocemos a amigos, parientes y compañeros de trabajo que deciden, en aras de su bienestar y proyección profesional, hacer las maletas e instalarse más allá de nuestras fronteras. Hay, podríamos decir, casi más movilidad geográfica hacia el extranjero que dentro de España.

Lo confirman las principales compañías de "head hunters" y nos lo cuenta ABC. Los que son más jóvenes y todavía no arrastran el peso de una familia al completo, tienen más posibilidades en algunos ámbitos de proyectarse profesionalmente antes fuera de España, al tiempo que acumulan una experiencia que les será realmente últil en sus CV´s.

La dificultad viene -a todos los que conozco les sucede lo mismo- cuando uno decide regresar. Es complicado por muchas razones. Por sueldos, por nivel de vida, por equiparación de trabajo. Por muchos motivos.

Razones, de todas maneras, secundarias en momentos de crisis.

Y otra cosa. Aquél tópico -y en mi opinión falso- de que como en España no se vive en ningún otro lugar, ha pasado a un segundo plano y más aún cuando se visitan territorios donde puede comprobarse a diario la calidad de vida y las múltiples ventajas de las que disponen.

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