Leyre Pajín, la actual titular -aunque les siga pareciendo insólito- de la cartera de Sanidad, Política Social e Igualdad, tras varias jornadas de no tener protagonismo, ha decidido convocar a los medios de comunicación con el fin de informar de su intención de reformar el Código Civil para que los jueces puedan proceder a retirar la custodia de sus hijos en el mismo momento en que sean imputados por un delito de violencia de género.
Así, sean los supuestos delitos probados o no o vayan desde una amenaza a una agresión continuada, Pajín se ha erigido en justiciera universal, se ha pasado el Estado de Derecho por su forro y de paso patea el diccionario, gracias a su nuevamente probado analfabetismo, con lo que confunde cónyuge con "cónyugue" en plena intervención pública. Y tan ancha se queda la muchacha.
Los jueces, evidentemente, además de quedarse ojipláticos con el asunto, ya han advertido de la peligrosidad de las consecuencias y del arma de doble filo que suponen este tipo de iniciativas, tomadas sin previa reflexión, estudio ni consenso de ningún tipo. Mientras, además, el interés del menor, que es el que debe primar, parece no contemplarse por ningún lado.
La de Benidorm no tiene remedio.
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