
Tan odiada como admirada, lo que está claro es que esta mujer ha sabido hacerse un espacio en la política y sociedad norteamericana resultando de lo más atractiva para unos y de lo más detestable para otros.
Palin se ha convertido en la referencia del conservadurismo más clásico, encarna el Back to Basics al más puro estilo Reaganiano y nos muestra a sus cinco hijos, a su nieto y a su marido como un modelo de familia americana que disfruta de la naturaleza y de la american way of life.
Veremos cuál será el impacto, pero, a pesar de los riesgos que conlleva protagonizar un reality televisivo de estas características, mucho me temo que Sarah Palin -mamá oso- seguirá dando de qué hablar y tendrá a los estrategas republicanos e incluso demócratas pegaditos al televisor escudriñando cada uno de sus movimientos y observando atentamente el impacto de los mismos.
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