
Su director, David Fincher (The Game, Seven, entre otros títulos a destacar), realiza un trabajo impecable, con un guión espléndido y una recreación atractiva a los ojos del espectador. Los actores están excelentemente bien escogidos y la participación de Justin Timberlake como Sean Parker (el cofundador de Napster) es sencillamente arrolladora.
Más allá de la historia de la creación de Facebook y sus luchas judiciales -los gemelos Winklevoss, también protagonistas en sus inicios y que ya han recibido 65 millones de $ en compensación- interesante como pocas, la vida y los escenarios en el Harvard Yard son siempre apetecibles y todo en conjunto nos ayuda a comprender algo más uno de los fenómenos más explosivos de esta generación de genios pseudo-adolescentes.
Tal y como se apuntaba en el trailer: "Uno no hace 500 millones de amigos sin hacer unos cuantos enemigos" La cuestión es si merece o no la pena. Al parecer, Facebook es para y por lo que vive su polémico fundador, el introvertido Mark Zuckerberg de cuyas zapatillas de goma Adidas parece no separarse jamás. Quizás sólo confíe en ellas.
No sabemos qué habrá escrito en su muro el billonario más joven del planeta. Yo ya lo escribí ayer en el mío, a la salida del cine.
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