Durísimo cruce de palabras entre Durao Barroso y Sarkozy. La cumbre de líderes europeos ha estado marcada por la polémica de la expulsión de Francia de los grupos de gitanos -rumanos y búlgaros en su mayoría- asentados de manera irregular. Las desafortunadas palabras de la Vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Justicia, Viviane Reding, comparando la actitud del ejecutivo francés con la Alemania nazi no ha hecho otro cosa que echar leña seca innecesaria al fuego, ya de por si vivo.
Bruselas quiere expedientar a Francia por discriminación y ésta ha dicho NO a los asentamientos ilegales en su territorio. Y tiene todo el derecho de ejercer su soberanía y desmantelar, como ha apuntado el propio Sarkozy, "campamentos insalubres e ilegales".
Una cosa es la libre circulación y otra muy diferente los campamentos ilegales distribuidos por donde le venga en gana a cualquier grupo nómada que se le antoje.
Creo muy sinceramente que Europa debería sentarse a debatir en serio y en profundidad la regulación de los movimientos migratorios y en concreto el referente a este tipo de organizaciones nómadas, sin duda, una rareza en los tiempos actuales de las sociedades europeas sedentarias.
Mientras ello no suceda, Sarkozy ha actuado en función de lo que su Gobierno ha considerado conveniente y beneficioso para su país. Así lo ha defendido y yo, desde aquí, aplaudo su coraje frente a las posiciones pusilánimes y demagógicas dominantes.
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