Teresa Helbig en Cibeles

Almuerzo con Esperanza en (h)arina. En la mesa de al lado, Charo López. Tan sólo su voz hizo que nos diéramos la vuelta para confirmar su identidad. Imbatible.

Tras un expreso corto, nos dirigimos a la pasarela Cibeles. Ovación para Teresa Helbig.

Os cuento. Mi amiga Teresa -"mi" Teresa, la otra- es amiga y fan de Helbig y asidua a su atelier de la calle Mallorca, en pleno Eixample de Barcelona. De hecho, acudí a ella cuando me casé el pasado mes de marzo y me tuvo en vilo con un maravilloso vestido que al final no llevé. En próximas ocasiones, seguro.  Me casé finalmente en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona con un modelo fantástico de Cortana.

Pero desde luego, me enamoré del espíritu Teresa Helbig. En cuanto ayer, desfile impresionante abierto por la modelo Marina Pérez. La sensualidad y la femeneidad marcaron su colección para la próxima primavera. Sobriedad, estilo y elegancia. El cuero -suave, casi lo podías acariciar- junto a vaporosos vestidos, shorts, monos de seda y cuerpos de tul que se combinaban armónicamente junto a metálicos cinturones. Marfiles, blancos, algún rojo rompedor y el cámel, los colores protagonistas.

Los zapatos, sencillamente fascinantes. El clásico mocasín en tonos verde pistacho, cámel o rojo se sube a unas plataformas y taconazo con flecos al tobillo.

La colección, al parecer, cuyo nombre responde al de "Número 6" está inspirada en las musas del fotógrafo londinense de los años 70 David Hamilton. Y la música, unas piezas magníficamente bien escogidas que, desde aquí, animo a quien sepa a quienes pertenecen, me lo pueda decir.

Minimalismo catalán y romántico. Materia prima de alta costura. Elegancia pura. Mientras, os cuelgo un par de fotografías de cosecha propia.