Recuerdo perfectamente la primera tienda Mango en el Paseo de Gracia de Barcelona. Tenía 14 años. Corría el año 1984 cuando la abrió Isak Andic y poco más tarde empezó su expansión por todo el territorio español hasta alcanzar, en la actualidad, la friolera cifra de más de un millar de establecimientos repartidos por 90 países. Pasión, ilusión y disciplina, según sus propias palabras, han marcado su hoja de ruta.
Hombre hecho a sí mismo y con una historia apasionante que describe a la perfección el espíritu emprendedor, ocupa desde ayer la Presidencia del Instituto de la Empresa Familiar. Aquí tenéis algunas de sus propuestas, entre ellas, la que hace referencia al sueldo variable y estabilidad en los puestos de trabajo de los nuevos funcionarios, equiparándolos a los de la empresa privada. La polémica está servida.
No tengo ninguna duda de que su presencia como líder de los representantes de la empresa familiar no dejará indiferente a nadie. Dos años de presidencia realmente prometedora donde, desde aquí, le deseo todo tipo de éxitos.
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