Lunes por la tarde, Saló Sant Jordi del Palau de la Generalitat. Firma del decreto que debe disolver el Parlament para la convocatoria de elecciones. El todavía President centra su discurso en elogiar la tarea del Govern y les cuenta a los Consellers allí presentes lo orgullosos que deben sentirse "por trabajo bien hecho".
"Hoy no hay Catalunyas olvidadas", espeta sin inmutarse. No, President, lo que hay es un oscuro horizonte, un campo gris ceniza, donde los árboles van a tardar todavía mucho en asomar. Porque lo han dejado arrasado gracias a la incompetencia de este artefacto tripartito. Lo que sí se ha olvidado es el apoyo al ciudadano, al pequeño empresario, a la industria, a las familias, a los estudiantes.
Montilla convocó ayer de manera oficial. Pero ya somos muchos los que nos sentimos convocados desde hace tiempo. Y espero que, cuando llegue el 28 de noviembre, el ciudadano no pierda la memoria y proceda en consecuencia. Porque a este paso, de Catalunya no van a quedar ni las rojas barras de su bandera.
El espíritu de este cuaderno digital no es otro que el de reunir ideas,pensamientos,gustos cinematográficos o gastronómicos,lecturas estimulantes o viajes sugerentes.Me interesa todo aquello que tenga que ver con el ámbito social y político,me interesa la libertad y su búsqueda permanente,me interesan las diferencias entre la óptica femenina y masculina,me interesan,en definitiva,las personas y su encaje en una sociedad cada vez más compleja.Y me apetece contarlo en mi propio espacio.
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