Tomás Gómez le ha ganado la batalla a Trinidad Jiménez. Las primarias en Madrid se extrapolan a marchas forzadas y en España ya se habla de post-zapaterismo, de encuestas, de sustitutos. Precipitación, a mi modo de ver. Ni fiesta de la democracia ni chorradas varias. Baile, eso sí, de intereses, de conservación del puesto, de apuestas a corto plazo y tableros de ajedrez.
Sólo hay algo que ha quedado perfectamente dibujado en la escena post-contienda. El revolcón de Zapatero ante todo su público, el autonómico, el nacional y el internacional. El joven aspirante de Parla, le miró a los ojos y le retó con el coraje que te da el no tener mucho que perder. Y los militantes han dicho a Ferraz que están hasta el gorro de imposiciones dáctiles. Y punto. A partir de ahora, veremos. Podrá haber más revolcones incluso con barro o simplemente collejitas. El otoño va cambiando el color de las hojas.
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